"Ahora digo -dijo a esta sazón don Quijote- que el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho". Miguel de Cervantes.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Ventano del Diablo


Cuando se sale a “desempañar la vista”, todo paisaje natural produce una atención especial. Esa atención especial tuvo incidencia -de manera casi inadvertida -en un cartel indicador a pie de carretera: 0,1 Ventano del Diablo.

Aparcado oportuna y convenientemente, los cien metros indicados, avanzan por un camino abierto a un precipicio lateral concluyendo en el interior una enorme roca natural de caliza, horadada, con dos ventanas abiertas que permite vistas increíbles del río Júcar que, desnivel abajo -un par de cientos de metros- discurre sobre un soberbio cañón en cuyo fondo y con preocupada inclinación sobre el ventanal, pueden apreciarse unas pozas de color verde intenso que reflejan así mismo la rocas próximas.

El paraje, en verdad espectacular, ofrece unas vistas de frondosas arboledas que cubren las paredes de valle por el que serpentea el citado Júcar. Satisfecha la atención y pensando en ellas, dejamos atrás el Ventano del Diablo, situado junto a la carretera que, partiendo de Cuenca, sube a la Sierra de la Majadas y desde el que Belcebú lanzaba al vacío a los curiosos que hasta allí llegaban. En la bajada, encontramos Villalba de la Sierra. Mereció la parada.











1 comentario:

Antonio Banús dijo...

Muy bueno Luis. Un sitio precioso.