"Ahora digo -dijo a esta sazón don Quijote- que el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho". Miguel de Cervantes.

lunes, 20 de abril de 2015

Los colores de Puppy

"Puppy". Plaza de Guggenheim. Bilbao


Desde octubre de 1997, el cachorro Puppy es uno de los emblemas de la ciudad de Bilbao. Al aire libre y ante el acceso al Museo Guggenheim, su escultura, sostenida por una estructura metálica con forma de perro, está cubierta en estos momentos por una gran variedad de colorido de pensamientos cuyo periodo de vida se garantiza por un sistema de riego embutido y abono en una capa de tierra protegida de la que pueden salir cerca de 50.000 plantas de temporada que recubren totalmente la figura de Puppy de más de 12 metros de altura, causando admiración a todo el que se aproxima y ante el que miles de visitantes inmortalizan fotográficamente su imagen y visita.

Es obra diseñada por el artista Jeff Koons, autor de otras esculturas con formas animales y recubiertas por flores. Representa a un cachorro canino de la raza West Highland White Terrier y como decimos se sitúa a la entrada principal del museo. Sus colores son cambiados dos veces al año y en este momento lucen llamativamente los ofrecidos por la diversa coloración de pensamientos –de la familia de las violáceas- , agrupados en manchas de color de pequeño tamaño con interés tapizante y cuyo significado va del candor al recuerdo.

Dejo a continuación algunas imágenes de estas vistosas flores con sus pétalos de diferentes colores y olores.

 



















lunes, 6 de abril de 2015

Donde habita la Tranquilidad











Por una cuidada pero angosta carretera de ascendentes curvas, se llega a un lugar en la vertiente sur de la Sierra de Guadarrama –macizo montañoso del Sistema Central- con una altitud de 1.524 m. donde habita la Tranquilidad. Se llama Puerto de Canencia. Su entorno es de gran valor ambiental y paisajístico, con abundante vegetación de robles, chopos, acebos, piornos y otros, además de amplias praderas ya adecuadas al uso público en su área recreativa.

El punto central que documenta fotográficamente esta entrada está junto a un modesto pero fuerte puente de piedra bajo el que discurre un ahora vistoso caudal de arroyo que no tiene identificación en el lugar, pero que suministra los parámetros necesarios para transportar al viajero hacia “donde habita la Tranquilidad”, dejándote escuchar el sonido de la Naturaleza que tanto gusta a los amantes de estas alturas. La mente se relaja a la vista de magníficas imágenes de sombrías zonas que cobijan las rocas cubiertas de musgo a través de altas y tupidas copas de pinos silvestres, dando al conjunto, un paisaje de especial reflexión, que me viene a la mente en unos versos de El Árbol, de Rabindranath Tagore. Con ellos y las fotos que adjunto, os dejo.

Soy leña que calienta
en los días de invierno,
perfume que regala
y embalsama el aire,
salud del cuerpo
y alegría del alma.
Y, al final, seré madera en tu última morada.