"Ahora digo -dijo a esta sazón don Quijote- que el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho". Miguel de Cervantes.

sábado, 23 de julio de 2016

Catedral de Jaca

Nave central de la catedral de Jaca. Huesca.
 
No era el destino de la visita del día, pero el consejo del acompañante, permitió una interesante parada en una de las construcciones antiguas y características del románico español. Me estoy refiriendo a la catedral de San Pedro, de Jaca, Huesca.

 Construida en 1077 por el rey Sancho Ramírez y vinculada a la fundación de la propia ciudad de Jaca como capital del primitivo reino de Aragón y bajo la advocación de San Pedro, sufre a lo largo del tiempo diferentes reforma desde sus inicios como iglesia románica (planta, puertas y ábside) hasta góticos y renacentistas, incluidos los barrocos, en la realización de naves y capillas. Fue modelo de otras siguientes y origen del motivo decorativo frecuente conocido como “ajedrezado jaqués”.

De construcción básica y románica, tiene planta basilical de tres naves con cinco tramos, dos puertas de acceso y una impresionante cúpula. Todo ello con un lenguaje arquitectónico armonioso y refinado que te envuelve en un ambiente medieval que te lleva a viajar por la Historia y la evolución artística. Su cabecera contiene tres ábsides semicirculares con bóvedas de medio cañón, destacando el central en altura superior. Un incendio en el siglo XVI permitió realizar entonces las actuales bóvedas de crucería estrellada.

En el exterior y adosado al muro sur, encontramos bajo porche del siglo XVII la puerta meridional del templo con columnas románicas recogidas del claustro que soportan capiteles con labrados de vegetales, aves y pájaros llevados por seres humanos. En la parte occidental, también bajo porche abovedado, una gran portada de belleza e importancia iconográfica con cinco arquivoltas de medio punto que se apoyan sobre columnas. Los capiteles, magníficos en su factura, fueron realizados por el Maestro de Jaca-Frómista y el crismón –dañado por un rayo- es un referente en simbología animal del románico.

 En definitiva, un baño de arte medieval. Las fotos, como siempre. Disfrutad de ellas.

 
































sábado, 16 de julio de 2016

Ordesa. La Naturaleza en su paisaje

Hacia el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido.
 
Una mañana fresca y de niebla nos acompañó la salida de Huesca hacia Torla en busca de viejos paisajes pero desconocidos para este viajero.

Si hay paisaje o paisajes que impacten, éste o éstos están en el oscense Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Una impresionante subida desde Torla y un corto paseo por las cercanías de la Pradera de Ordesa (1.310 m). me ha permitido admirar altos y escarpados farallones y acantilados, en cuyas laderas toman protagonismo frondosos bosques de hayas, abetos y otras especies y pino negro a mayor altitud. Frescos y verdes prados se acercan al río Araza en todo su serpenteante recorrido junto a una tupida selva que arropa multitud de florecillas al borde de un mullido alfombrado de hojas caídas.

La senda prometía en su información cartelera, un intenso recorrido con atractivos puntos, pequeñas chorreras, miradores y cascadas y una exuberante vegetación. Un poco más allá de un conservado puente de madera, hube de dar la vuelta. El regreso cabizbajo. En definitiva, los paisajes comprendidos en mi recorrido son increíbles. Es la primera e ilusionada vez que los visito, pero no dudo que habrá una segunda vez. Las fotografías me lo recordaran. Aquí quedan.