"Ahora digo -dijo a esta sazón don Quijote- que el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho". Miguel de Cervantes.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Grullas en los arrozales extremeños

Arrozales en Navalvillar de Pela. Badajoz
  
La grulla, por su especial carácter asustadizo y desconfiado es un ave que de siempre ha atraído mi atención. Esta entrada que os presento va dedicada a ella con imágenes captadas en la Siberia Extremeña en algunas de las charcas y arrozales próximas a la pacense Navalvillar de Pela. Como espectacular y emblemática está considerada la grulla por estos lares en su época invernal.


Su número, incalculable pero tremendamente abundante, está siendo determinado últimamente por las que en sus viajes migratorios deciden quedarse unos meses en estos y otros humedales próximos como dormideros que le proporcionan húmedo refugio, descanso y alimentación entre el rastrojo del arrozal y maizal junto a las abundantes láminas de agua de embalses cercanos y cuya llegada o salida de ellos hacen variar las fechas, haciendo con ello un espectáculo digno de ser admirado. Las cordadas de grullas en el atardecer rojizo de la puesta de sol así lo atestiguan.

Mi agradecimiento a David López que me aconsejó la visita a tan singular paraje y a Rafael López, soportador de mi compañía en esta salida y como telón de fondo, las fotografías de hace escasos días y una entresacada estrofa del “Poema La Grulla”, de José Eustasio Rivera.


Sin rumbo, ya cansada, prolonga todavía
sus gritos melancólicos en el hostil paisaje;
y luego, por las ráfagas vencido su plumaje,
desciende a las llanuras donde se apaga el día.

 































miércoles, 26 de noviembre de 2014

Naturaleza y biodiversidad I

Centro de Interpretación del Complejo Lagunar. Alcázar de San Juan. Ciudad Real.


 Extraordinario “paseo” el de esta ocasión. El lugar, el Complejo Lagunar de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), es el ideal para visitarlo a primeras horas de la mañana, junto a dos amigos –Antonio y Quique-, visita complementada con la compañía de Pablo, erudito y experto conocedor del medio y su biodiversidad.

La belleza del paisaje lagunar, su silencio –aún envuelto en una poco densa capa de niebla- y la tranquila visión de su diversidad vegetal y animal, le dejan a uno con escasa capacidad de reacción. La expectativa de ver la fauna del hábitat fue superada de forma espectacular.

En las fechas primaverales y del otoño, la migración de las aves es un verdadero espectáculo. En la primera huyen del calor de África hacia Europa del Norte, buscando temperaturas y alimentos cómodos de obtener y en la segunda, en sentido contrario, huyendo del frio polar hacia África y en ambos desplazamientos entre continentes, descansan en nuestros humedales, reponiendo fuerzas. En la actualidad, el cambio climático que sufrimos, suaviza nuestros inviernos, permitiendo a muchas de ellas, permanecer en estos puntos, obviando llegar hasta África,

En estas lagunas –las visitadas de La Veguilla, Villafranca y Las Yeguas- disfrutamos de numerosos vuelos de cigüeñas, gaviotas y grullas, además de los de los aguiluchos laguneros, verdadero terror de las pacíficas anátidas y limícolas que las pueblan. Nuestro guía-informador nos señaló otras especies con nombres que “suenan” pero de imposible colocación a su poseedor. Flamencos, zampullines, garzas, garcetas, cigüeñuelas, ánade azulón, cuchara común, focha común, polla de agua, avefría, correlimos, gaviotas, entre ellos, pudimos observarlos y como no, fotografiarlos, eso sí a distancia tal que el 18/270, se quedó corto. Una algarabía de “ruidos” inició un vuelo de grullas. Tomada cuenta fotográfica, iniciamos el regreso.

Como siempre, fotos de la jornada a compartir con todos y nuestro agradecimiento a Pablo por tan amable mañana y el compromiso de volver en el próximo período migratorio que será allá por la primavera.