El viñedo, en otoño, presenta un bello paisaje en el momento álgido de la vendimia. Su verde vivo empieza a cambiar ya desde este momento. Mas tarde, su belleza declinará en otra no menos bella, la del ocre y el rojo. Ahora, sus cepas, achaparradas por el peso de los racimos esperan que, entre bullicio y algarabía, alivien su pesada carga los vendimiadores que, con su corte, inician el rito anual de la vendimia.
He visto vendimiar.