"Ahora digo -dijo a esta sazón don Quijote- que el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho". Miguel de Cervantes.

martes, 30 de octubre de 2012

Días para el recuerdo

Cementerio Sacramental de San Justo. Madrid

Ineludible y obligada cita en el periodo otoñal es la del Día de Todos los Santos, y su prolongación al Día de Difuntos. Días para el recuerdo.

En todas las culturas habidas, se rinde especial culto al fenómeno irreversible de la muerte. El cementerio, de fría arquitectura, es el lugar, lúgubre, silencioso y cerrado; las tumbas, el símbolo en piedra de la memoria del difunto; el tiempo, la jornada de visita como homenaje al que dejó el mundo de los vivos. Esta cita o rito funerario se completa con la oración expresa y la ornamentación cromática de las lápidas -en ocasiones de manera extremadamente ostentosa- con coronas y ramos de crisantemos, rosas, margaritas, etc., aportadas por familiares y amigos en señal de no olvido.

Este no es uno de mis lugares favoritos de paseo y fotografía, pero en ocasiones ya lo he hecho –cementerio alemán de Cuacos y cementerio civil de Madrid, Panteón de Hombres Ilustres-, y las preguntas y sensaciones son diversas invitando a la reflexión. Con el debido respeto merecido del lugar, dejo unas fotografías sobre tumbas y detalles, algunos de ellos tenebrosos símbolos de la muerte y criaturas monstruosas. El día, nublado ceniciento y sin sombras acompañó a la visita del madrileño cemnterio Sacramental de San Justo.




















lunes, 29 de octubre de 2012

Manchas de otoño



Cuando el otoño va tomando arraigo estacional, la temperatura y las lluvias son inestables, el típico colorido de las hojas, revestidoras de árboles y arbustos, se van transformando sus colores y moteando de forma progresiva hasta llegar a su debilitamiento e inevitable caída.

Hongos y moho están en su origen y su extensión es rápida, provocando otro color o colores más para ese característico conjunto de los otoñales

Así he visto y recogido gráficamente algunas de las más llamativas que en su conjunto amplían la variedad cromática junto con la del resto de arbustos y arboleda del bosque mediterráneo.









domingo, 28 de octubre de 2012

Trashumancia urbana



De forma inesperada he asistido a una “manifestación” muy distinta de las habituales en estos tiempos. Pacífica y silenciosa. Hablo de la XIX Fiesta de la Trashumancia, que desde 1994, reivindica una nueva Ley de Vías Pecuarias, mediante un recorrido por las cañadas del centro madrileño de un gran rebaño de ovejas. Este se inicia en la Casa de Campo y discurre por Mayor, Puerta del Sol, Cibeles, Alcalá y termina en Ventas.

Un pago en maravedíes entre pastores y concejo, estipulado en 1418, permite el paso por las dehesas, prados y cañadas, del rebaño de ovinos, vacuno y caballos que anualmente utilizan sus ya muy modificados caminos. Los pastores, con sus perros pastores, dirigen y organizan su caminar y “defienden de osos, lobos y otros depredadores que aparezcan en su camino”.

La Trashumancia se remonta a tiempos de Alfonso X El Sabio, que en 1273 concedió privilegios al Concejo de la Mesta de los Pastores para el libre movimiento de su ganado, respetando “panes, viñas, huertas, dehesas y prados de guadaña”.

Desde Cibeles, fotografías que ilustran esta entrada.