"Ahora digo -dijo a esta sazón don Quijote- que el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho". Miguel de Cervantes.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

Grullas en los arrozales extremeños

Arrozales en Navalvillar de Pela. Badajoz
  
La grulla, por su especial carácter asustadizo y desconfiado es un ave que de siempre ha atraído mi atención. Esta entrada que os presento va dedicada a ella con imágenes captadas en la Siberia Extremeña en algunas de las charcas y arrozales próximas a la pacense Navalvillar de Pela. Como espectacular y emblemática está considerada la grulla por estos lares en su época invernal.


Su número, incalculable pero tremendamente abundante, está siendo determinado últimamente por las que en sus viajes migratorios deciden quedarse unos meses en estos y otros humedales próximos como dormideros que le proporcionan húmedo refugio, descanso y alimentación entre el rastrojo del arrozal y maizal junto a las abundantes láminas de agua de embalses cercanos y cuya llegada o salida de ellos hacen variar las fechas, haciendo con ello un espectáculo digno de ser admirado. Las cordadas de grullas en el atardecer rojizo de la puesta de sol así lo atestiguan.

Mi agradecimiento a David López que me aconsejó la visita a tan singular paraje y a Rafael López, soportador de mi compañía en esta salida y como telón de fondo, las fotografías de hace escasos días y una entresacada estrofa del “Poema La Grulla”, de José Eustasio Rivera.


Sin rumbo, ya cansada, prolonga todavía
sus gritos melancólicos en el hostil paisaje;
y luego, por las ráfagas vencido su plumaje,
desciende a las llanuras donde se apaga el día.