"Ahora digo -dijo a esta sazón don Quijote- que el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho". Miguel de Cervantes.

miércoles, 15 de octubre de 2014

Otoño en los Jardines de Aranjuez

Aspecto amenazante a la entrada del Jardín de la Isla. Aranjuez. Madrid
 No es la primera vez que paseo por los arancetanos Jardines de la Isla en otoño pero si la primera que lo hago bajo amenaza de lluvia de chubascos ocasionales que me obligarían a buscar refugio donde apenas hay a no ser debajo de los vetustos árboles que, en este caso y como como dice el refrán humorístico, “el que a buen árbol se arrima…… buenas gotas le caen.” Hoy no ha sido el caso. No ha habido “emergencias climáticas”.


Pero como no podía ser de otra forma, el entorno inigualable del lugar de asueto real en su tiempo, ha llegado puntual a su colorido otoñal en sus hojas, aún soportadas en árboles y arbustos. El disfrute colorista está garantizado. Y la importancia de su época, también: la de los Austrias.

Ninfas de mármol blanco saludan al visitante –numeroso- a la entrada del Jardín –atravesado el elegante puente sobre un bien planeado ramal del Tajo- desde donde ya el color y olor de otoño impregnan los senderos entre cuadrículas de boj y arboleda que albergan hermosas fuentes con alegorías griegas, todo ello accesible desde un húmedo y alfombrado camino de colores amarillos y ocres.

No debo explicar más. Las fotografías lo pueden hacer mejor. Vuestras son.






















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