"Ahora digo -dijo a esta sazón don Quijote- que el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho". Miguel de Cervantes.

martes, 9 de abril de 2013

Sinagoga Santa María La Blanca

De la reciente visita a Toledo, aún guardo imágenes de otros recintos religiosos visitados. La sinagoga de Santa María la Blanca es uno de ellos.

Hablar de Toledo es hablar de Culturas, e insistiendo un poco, de Cultura judía. He visitado por segunda vez el monumento enclavado en el centro de la aljama toledana, la sinagoga del siglo XII, la Sinagoga Mayor de Toledo, según unos y Sinagoga Nueva, según otros, y que convertida en iglesia de la Orden de Calatrava en el siglo XV, recibió el nombre de Santa María La Blanca. Con unas estructuras iniciales de mezquita, su posterior uso judío y su conversión en iglesia, bien podría denominarse, el templo de las tres culturas.

De planta basilical, con cinco naves estrechas, separadas por arcadas con grandes arcos de herradura circulares –influencia cristiana-mozárabe- siendo la central de mayor altura. Estos arcos se apoyan sobre columnas octogonales de ladrillo con capiteles ornamentados con tallos de piñas y volutas, y sobre ellos, arquerías ciegas de arcos lobulados y decoración vegetal en yeso y lacerías geométricas, de influencia almohade cuyos nudos conforman la estrella de David. Su artesonado, el clásico mudéjar, armado en madera de alerce, es claramente de estilo toledano, de par y nudillo con remates tallados. Se trata pues de una construcción mudéjar, reconociendo en ella los elementos arquitectónicos como el ladrillo, arcos de herradura, pilares octogonales, paredes lisas y blancas y frisos con decoración geométrica y los citados capiteles de ornato vegetal.

En la cabecera de las naves, obra de Covarrubias (plateresco, siglo XVI), tres capillas, la central con bóveda de media naranja sobre trompas y las laterales de cuarto de esfera sobre pechinas.

En el siglo XVI, Alonso de Covarrubias, a instancias del cardenal Silíceo, reformó las cabeceras, creándose tres capillas, la central cubierta con una bóveda de media naranja sobre trompas mientras que las laterales son de cuarto de esfera sobre pechinas. El retablo es de Nicolás Vergara El Viejo, realizado en la segunda mitad del XVI.

En estos momentos se encuentra en periodo de rehabilitación de pinturas y parte de su espacio está ocupado por una exposición de los trabajos a ejecutar. Su ocupación principal es la de servir como lugar de encuentros y actos culturales.















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