En 1870, un cantar popular, nos dice:
“Córdoba ciudad bravía
que entre antiguas y modernas
tiene trescientas tabernas
y una sola librería”.
Córdoba pierde. La cultura pierde. Todos perdemos.
Compré en ella un bolígrafo “Parker” para iniciar una carrera técnica en un momento histórico de distinción de titulaciones, “perito eléctrico” e “ingeniero técnico”. Compré en ella, textos oficiales para una carrera que dejaban atrás otros, también oficiales, de un bachillerato sufrido. Compré en ella, libros de Córdoba y de cordobeses en mis visitas a mi ciudad, paseando por los pasillos, mirando temáticas y ojeando sus índices antes de la decisión de hacerlos compañeros de cultura y consulta.
No avancé mucho en la nueva titulación. El tiempo transcurrió por otros caminos, eléctricos también. Aún me acompaña mi “parker verde”. En ella, ya no compraré mas.
Era 1966. Era la Librería Luque.
“Córdoba ciudad bravía
que entre antiguas y modernas
tiene trescientas tabernas
y una sola librería”.
Córdoba pierde. La cultura pierde. Todos perdemos.
Compré en ella un bolígrafo “Parker” para iniciar una carrera técnica en un momento histórico de distinción de titulaciones, “perito eléctrico” e “ingeniero técnico”. Compré en ella, textos oficiales para una carrera que dejaban atrás otros, también oficiales, de un bachillerato sufrido. Compré en ella, libros de Córdoba y de cordobeses en mis visitas a mi ciudad, paseando por los pasillos, mirando temáticas y ojeando sus índices antes de la decisión de hacerlos compañeros de cultura y consulta.
No avancé mucho en la nueva titulación. El tiempo transcurrió por otros caminos, eléctricos también. Aún me acompaña mi “parker verde”. En ella, ya no compraré mas.
Era 1966. Era la Librería Luque.
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