"Ahora digo -dijo a esta sazón don Quijote- que el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho". Miguel de Cervantes.

viernes, 29 de abril de 2016

Duratón y el buitre, protagonistas. II

Hoces del río Duratón. Segovia.
 
El lugar de las Hoces del río Duratón –afluente del río Duero- está calificado como Parque Natural por sus importantes ecosistemas naturales y de paisaje y en él se aposenta la mayor colonia de buitres leonados (Gyps fulvus) en España como otro atractivo más de la zona.

Se sitúa entre las segovianas poblaciones de Sepúlveda y Burgomillodo entre rotundos meandros del discurrir del Duratón y un impresionante cañón fluvial creado por la erosión, con elevadas paredes rocosas de piedra caliza y rodeado de extensas manchas de enebros, pinar y sabinar además de alisos, sauces, olmos y chopos, es fácil observar el majestuoso y elegante vuelo circular de los buitres que por allí se acomodan entre cantiles y cárcavas, junto a otras aves rupícolas como el alimoche, halcón, águilas, milanos, entre otras.

Sobre los acantilados, miradores para apreciar la inmensa naturaleza que rodea al visitante ávido paisaje y buitres que aletean en proximidad y permiten “afotarlos” de modo cercano, advertidos por el suave sonido de sus vuelos. El momento es único.

Así lo vimos.















sábado, 16 de abril de 2016

Paisaje granítico en Zarzalejo

Paisaje granítico en Zarzalejo. Madrid
 
En esta ocasión, el disfrute de la naturaleza – junto a dos amigos- tuvo lugar en las praderas y campos del pequeño municipio madrileño de Zarzalejo, en la Sierra Oeste de Madrid, otrora lugar de recreo y descanso de Felipe II y proveedor de granito para la construcción del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial.

Desde estos campos, entre caminos de tierra, cañadas y senderos adosados a verdes prados y dehesas, cruzados por innumerables arroyos de escaso caudal, se disfrutó de magníficas vistas de la Sierra de Guadarrama con sus elevaciones destacadas de las Machotas y de los cercanos paisajes de afloramientos graníticos modelados por la erosión sobre estos granitos y rocas plutónicas, intercalados entre cercados de piedra y zarza que limitan las dehesas de vacas y toros bravos.

Una climatología algo fresca y ventosa, además de nubes de cierta entidad preocupante, impidió el fin primordial de la salida, la de fotografiar “bichos”, pero que a buen seguro estarán próximos a dejarse ver –y fotografiarse- en una previsible cercana y soleada subida de temperatura ambiente, propicia para ello.

Fotos del paisaje que invitan a la reflexión y el descanso.












lunes, 1 de febrero de 2016

Grullas en Gallocanta


Otro de los objetivos ampliamente esperado era el de esta visita a una laguna que, desde allá los años del bachillerato, ansiaba ver. Aún recuerdo…Laguna de Gallocanta.

Madrugando, el viaje proporcionó imágenes singulares. Un primer resplandor rosáceo que casi ocultaba una espesa niebla y el llanto de lo que fue fortaleza ahora ignorada. Siguió un intenso rojizo del que destacó el disco solar recién nacido del horizonte y ya permitió ir reconociendo camino, paisajes y siluetas. La persistencia de la acuosa y fría niebla a lo largo del recorrido presagiaba una merma en la disponibilidad fotográfica de nuestro objetivo, la grulla. Pronto, próximas, se dejaron “captar” para nuestra delicia. Después, habría más al alcance de la óptica fotográfica. El disfrute se aseguró.
 
Gallocanta y su laguna del mismo nombre –en la zaragozana comarca de Daroca- es un entorno de indudable valor ornitológico y medioambiental. De gran riqueza en especies acuáticas, destaca la de su concentración de grullas cada invierno. Más de 100.000 dicen las “crónicas”. A más de 1.000 m de altura se convierte en parada de las aves migratorias y dada su dimensión paisajista, ofrece un excepcional espectáculo visual.
 
Y así fue. Espectáculo visual intenso. Interés e intuición en la captura fotográfica de las grullas-protagonistas consiguieron que esta entrada que comparto, satisficiera plenamente la idea inicial de su visita. Espero volver.

Y como siempre, las fotografías.






















lunes, 18 de enero de 2016

La Casa de Dulcinea

Fachada de la Casa-museo de Dulcinea. El Toboso. Toledo.

Agradable e interesante paréntesis entre humedales ha sido la visita al manchego y cervantino pueblo de El Toboso, en el cual hemos admirado una recreación etnográfica y ambiental de la época cervantina en el edificio del siglo XVI que hoy alberga la casa-museo que fue –según tradición- de doña Ana Martínez Zarco de Morales, inspiradora de la literaria Dulcinea, musa del Caballero de la Triste Figura.

La vivienda, casa señorial manchega y para uso labriego, presenta alcobas, cocina, aseo, bodega, almazara, molino de pienso, todo ello equipado con sus correspondientes ajuares, cesterías y cerámicas, hierros y cobres, además de objetos para elaborar quesos. En el patio, amplio y blanqueado, sobresale un carro y una galera y utensilios de labranza, así como una prensa de aceite con una viga de madera de 15 m.

“Limpias, pues, sus armas, hecho del morrión celada, puesto nombre a su rocín y confirmándose a sí mismo, se dio a entender que no le faltaba otra cosa sino buscar una dama de quien enamorarse, porque el caballero andante sin amores era árbol sin hojas y sin fruto y cuerpo sin alma” (p. 43).