"Ahora digo -dijo a esta sazón don Quijote- que el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho". Miguel de Cervantes.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Con la ayuda de la "térmica".

Buitre leonado. Fuentidueña. Segovia.
 
Sorpresas te da la vida. Esto ha ocurrido con esta salida. Junto a una abandonada iglesia románica de finales del siglo XII y principios del XIII, la de San Martín, ubicada en la segoviana Fuentidueña y motivo principal del desplazamiento, con el sol a media altura y frente a un paraje kárstico de gran belleza natural, un lejano ruido llamó nuestra atención: eran aves que sobrevolaban planeando en el entorno y se posaban en la cima de las profundas gargantas que labró el río Duratón durante su milenario discurrir por la vega del mismo nombre.

Aguzados la vista y el zoom, he aquí la sorpresa: sobre la cima de los escarpes rocosos –donde anidan buitres leonados- a contraluz y posados con elegancia, grupos de estos, esperaban el momento de iniciar el vuelo, y aprovechar “la térmica” – columna de aire ascendente- que los auparía a altitudes propicias para sus majestuosos vuelos durante horas y zonas de visión clara de capturas probables.

A continuación, una serie de fotografías que ilustran el comentario precedente y que conforman el relato gráfico. El tiempo se hizo corto ante tan agradable visión inesperada. El disfrute fue completo.


























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