JARDINES DE "LA ROSALEDA". MADRID.
Hora temprana de la mañana del 9 de enero. Hace unos minutos que ha empezado a nevar y su intensidad va en aumento al igual que la progresiva la acumulación de nieve en las zonas no rodadas. Los árboles la van soportando en sus desnudas ramas y el asfalto se deja almohadillar. La idea es tentadora, salir a fotografiar. También, en mi caso y con las visibles condiciones, la idea es algo descabellada, pero no irresistible.
Con riesgo de un fácil resbalón y con un relativamente seguro apoyo, me dispongo, en vehículo público, a desplazarme hasta La Rosaleda, espacio ajardinado que en otros momentos me ha ofrecido y permitido obtener preciosas imágenes de rosales y rosas en plena explosión de color. Hoy no será así, las tonalidades no superan los grises.
La sensación térmica me obliga a regresar. El termómetro marca -4º C. Las crónicas del día informan que el espesor níveo alcanzado hoy en el centro madrileño no se recuerda desde 1977.
Como siempre, las fotografías.
Con riesgo de un fácil resbalón y con un relativamente seguro apoyo, me dispongo, en vehículo público, a desplazarme hasta La Rosaleda, espacio ajardinado que en otros momentos me ha ofrecido y permitido obtener preciosas imágenes de rosales y rosas en plena explosión de color. Hoy no será así, las tonalidades no superan los grises.
La sensación térmica me obliga a regresar. El termómetro marca -4º C. Las crónicas del día informan que el espesor níveo alcanzado hoy en el centro madrileño no se recuerda desde 1977.
Como siempre, las fotografías.
Entrada al recinto de "La Rosaleda".
No hay comentarios:
Publicar un comentario