"Ahora digo -dijo a esta sazón don Quijote- que el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho". Miguel de Cervantes.

jueves, 16 de enero de 2014

Escasamente estas.



Tarde desapacible y ventosa la de hoy visitando de nuevo el JB. Pocos los atrevidos a pasear entre sus terrazas y los que se decidieron, a paso ligero o lento –según disposición, como es mi caso- y seguro que defraudados a la salida de tan grisáceo ambiente botánico. A las fotos me remito pues tomé escasamente estas que aún ofrecían parte de su belleza y un ensimismado “abejorro” que no lo estaba si no que en su momento decidió posar para siempre sobre la flor. Así quedó.
En algunas cuadrículas de esas terrazas ya va alumbrando la primavera.
   









jueves, 9 de enero de 2014

Después de la lluvia

Aguantando el tiempo en su lugar unas, arrancadas otras de su origen, abatidas por el viento, desnudando la rama y pasando su belleza a ser huella de la Naturaleza, estas permiten en su haz o en su envés conservar las gotas de lluvia después de la tormenta como perlas de agua, aportando frescura ambiental. Las hojas. Espero que gusten.

 


















lunes, 6 de enero de 2014

En la mañana de Reyes



Sigo manteniendo la opinión de que el Jardín Botánico de Madrid –en este caso- es el lugar ideal para disfrutar de naturaleza con rincones hermosos del reino vegetal a escasos metros del “mundanal ruido”. Esta mañana del día de Reyes así lo he sentido a pesar de la luz invernal acallada por nubes transitorias, las calles repletas de hojas en descomposición y la carencia de flores, si exceptuamos las ya tempranas camelias que ilustran la entrada y recoletas en su habitual espacio ajardinado. Soledad y silencio han acompañado mis pasos en búsqueda de ellos. Cuatro camelias japónicas- camelio, alba plena, daikagua y sasankua- han salido a mi paso y aquí quedan reflejadas en ese orden.






domingo, 5 de enero de 2014

En la tarde del 4 de enero



Recién estrenado el 2014 y bien regado ya por la madre naturaleza, en la tarde de este cuatro de enero de continuada serie de despejados cielos o de encapotamientos nubosos y desde el confortable asiento rutinario, pude observar a gran altura –ya que no oír- abundantes bandadas de aves –gaviotas- que en círculos cada vez más aproximados al curso del Manzanares, dejaban ver sus planeamientos vespertinos en la búsqueda de sus dormideros.


Ávido por reducir el mono fotográfico que la meteorología me impide, tomé esta fotografía adjunta que comparto  con amigos y seguidores. El lugar, la hora y el desafío de posibles chubascos no permitió más.

jueves, 2 de enero de 2014

La hoja



Segundo día de 2014. Lluvioso y desapacible. Un paseo cercano –con cuidado- despejará la mente de las preocupaciones diarias a la vista de las pequeñas cosas que muchas veces se te ofrecen mínimas y casi inadvertidas pero, una vez llamada tu atención, te recuerdan la simpleza o la complejidad de la vida. A baja altura me encontré esta hoja solitaria, seca, sin frescura ni brillos, descansando en rama ajena en la trayectoria final de su utilidad, sabiéndose última testigo del paso cambiante estacional. La fotografié.


Después de este momento en el caminar –con cuidado- la lluvia arrecia y la reflexión surge para decidir cuál es el camino a seguir. Ella decide. Me llevaré la hoja a casa. Feliz año a todos.