Sobre el cielo, las nubes, más o menos abigarradas, presentan imágenes amorfas que podrían suponer algún ligero chaparrón sorpresivo. Palomas y gaviotas, con vuelos rápidos, modifican constantemente el encuadre fotográfico sobre el puente de Toledo bajo el que discurren las aguas del Manzanares madrileño
Desde 1974, el puente de Toledo es peatonalizado y se presta a la observación detenida de su estructura arquitectónica formada por las torrecillas semicirculares de sus pilares que proporcionan miradores y los templetes centrales con esculturas de San Isidro y Santa María de la Cabeza, santos patrones madrileños. Habrá otro momento para mayor observación de sus detalles.
Tranquila tarde de paseo. De eso se trataba.
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