El Jardín Botánico ya
recibe al visitante con guiño navideño. Un árbol –lo siento, de plástico- viste
–también de plástico- galas llamativas de la Navidad. Adentrado ya en él, el
color rojo y sus matices –intensos, brillantes, con fuerza- destacan de entre
todos en la despejada mañana que comienza. A la vista de las hojas caídas, perdido
ya su color verde, las imágenes se suceden de manera ininterrumpida. Con la
sensación de otoño y sus colores –la mayoría de arce japonés, de variedad,
cultivo y colorido variado- lo dejamos. Sobran ya las palabras.
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