El destino no olvidado
que citaba en la entrada anterior sobre el paisaje y color del Valle del Tiétar
dentro del territorio de la Sierra de Gredos, era el castro celta de El Raso
(Candeleda) de los siglos III, II y I aC. (Edad del Hierro). No olvidado después
la visita realizada hacía ya 32 años. Y allí estaba Rufino, el guarda, el mismo
de entonces. Un grato encuentro y un tiempo de charla recordatorio.
Custodiado por
impresionantes montes y paisajes, el castro -yacimiento arqueológico de época
de los vetones- fue importante centro fortificado en el Valle del Tiétar,
próximo a Candeleda, descubierto en 1931 y considerado el más conocido de la
provincia de Ávila. En sus excavaciones desde 1970 se han localizado indicios
de un gran poblado prerromano, asentado de otro anterior y una necrópolis y
santuario.
Hoy se encuentra
cerrado perimetralmente por cerca metálica conteniendo las plantas
rectangulares de las casas ocupadas en los siglos II y I aC. con muros de
mampostería y tapial agrupadas y cerradas con muros de medianería así como la
reconstrucción de dos de ellas que, en el momento de la visita se hallaban
cerradas, aunque con cartelería de adecuada información.
Disfrutad
del yacimiento y su entorno.
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