Excelente tarde de
otoño. Sin estar a orilla del mar he disfrutado del bello vuelo y planeo de la
gaviota. Hermoso vuelo desde la altura hasta casi rozar el agua. Inigualables
evoluciones sobre el viento como inigualable debe ser el paisaje desde tan
predominante posición. Su silueta -de envergadura engañosa en la distancia-girando
y volteando con total precisión es un verdadero deleite para los sentidos. Helos
aquí.
Las últimas horas de
sol, de color cálido, también han permitido imágenes atractivas de otros
momentos con evoluciones en precario reposo y compañías. Me he sentido pequeño.
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