Tarde tranquila y
paseo agradable por el madrileño Manzanares en un tramo abierto y diáfano de
Madrid Rio como es el recorrido hoy entre el Puente del Rey y el Puente de
Segovia. En él, esperando los últimos rayos se pueden contemplar y obtener -y
de hecho así ha sido- cálidas fotografías de estos rayos que inciden en sus
escasas aguas, atiborradas de hojas retenidas en su cauce como falta de un
mayor drenaje del mismo.
Grupos numerosos de
gaviotas, patos, cormoranes y otras anátidas dan el contrapunto alborotador al
discurrir lento y,repito, escaso de sus aguas, junto al Puente de Segovia a
cuyos lados se sitúan dos monumentales fuentes y jardines fluviales.
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