Segundo día de 2014.
Lluvioso y desapacible. Un paseo cercano –con cuidado- despejará la mente de
las preocupaciones diarias a la vista de las pequeñas cosas que muchas veces se
te ofrecen mínimas y casi inadvertidas pero, una vez llamada tu atención, te
recuerdan la simpleza o la complejidad de la vida. A baja altura me encontré
esta hoja solitaria, seca, sin frescura ni brillos, descansando en rama ajena
en la trayectoria final de su utilidad, sabiéndose última testigo del paso cambiante
estacional. La fotografié.
Después de este
momento en el caminar –con cuidado- la lluvia arrecia y la reflexión surge para
decidir cuál es el camino a seguir. Ella decide. Me llevaré la hoja a casa. Feliz
año a todos.
1 comentario:
Que cosa tan sencilla y tan fastastica. Perfecto, Luis
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