Tarde desapacible y
ventosa la de hoy visitando de nuevo el JB. Pocos los atrevidos a pasear entre
sus terrazas y los que se decidieron, a paso ligero o lento –según disposición,
como es mi caso- y seguro que defraudados a la salida de tan grisáceo ambiente
botánico. A las fotos me remito pues tomé escasamente estas que aún ofrecían
parte de su belleza y un ensimismado “abejorro” que no lo estaba si no que en
su momento decidió posar para siempre sobre la flor. Así quedó.
En algunas cuadrículas
de esas terrazas ya va alumbrando la primavera.
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