He vuelto “a los patios”. Este año deben ofrecer más donosura si cabe como agradecimiento al reciente premio de “encanto mundial” como es el de ser tenido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Córdoba es un hervidero -mayo es así- donde las flores asoman por ventanas, rejas y balcones y, en sus patios, llenan el espacio de color y olor, embriagadores ambos. Macetas y cal, lo completan. Y la gente.
Este año, la séptima visita consecutiva desde 2006 a excepción de 2008- ha sido desilusionante. Aglomeraciones, colas interminables, espacios “apretujaos”, directrices obligatorias. La gente. No ha habido, por tanto, posibilidad de contemplar la amplitud y disposición del patio y recrearse en el detalle, la planta, la decoración y el mimo agradecido de su propietario. La inesperada concentración ante sus puertas ya lo anunciaba. Pero Córdoba, la “callada y sola” ya no está tan sola y ofrece más cosas. Lo mostraré. Ahora, solo tres patios.
Me queda, agradecer al amigo Antonio B. su compañía en tan señalada salida fotográfica, su comprensión a mis limitaciones y mis disculpas por no poder completar la totalidad de patios previstos. Y su cortesía y deferencia permitiendo publicar primeramente esta entrada.
Patios de Martín de Roa, 7 y 9. Arquitectura antigua.
Patio de San Basilio, 50. Fuera de concurso.
Sede de la Asociación de Amigos de los Patios Cordobeses.
Largas esperas en los patios de Martín de Roa, 2, 7 y 9.
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