Fachada de la Casa-museo de Dulcinea. El Toboso. Toledo. |
Agradable e
interesante paréntesis entre humedales ha sido la visita al manchego y
cervantino pueblo de El Toboso, en el cual hemos admirado una recreación
etnográfica y ambiental de la época cervantina en el edificio del siglo XVI que
hoy alberga la casa-museo que fue –según tradición- de doña Ana Martínez Zarco
de Morales, inspiradora de la literaria Dulcinea, musa del Caballero de la
Triste Figura.
La vivienda, casa
señorial manchega y para uso labriego, presenta alcobas, cocina, aseo, bodega,
almazara, molino de pienso, todo ello equipado con sus correspondientes ajuares,
cesterías y cerámicas, hierros y cobres, además de objetos para elaborar quesos.
En el patio, amplio y blanqueado, sobresale un carro y una galera y utensilios
de labranza, así como una prensa de aceite con una viga de madera de 15 m.
“Limpias, pues, sus armas, hecho del morrión celada, puesto
nombre a su rocín y confirmándose a sí mismo, se dio a entender que no le
faltaba otra cosa sino buscar una dama de quien enamorarse, porque el caballero
andante sin amores era árbol sin hojas y sin fruto y cuerpo sin alma” (p. 43).
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