Castillo de los Piquillos. Fuentidueña de Tajo. Madrid |
La visita de hoy no
tenía el objetivo de visitar este desolado castillo del madrileño Fuentidueña
de Tajo y cuya visión general y de detalle me ha sumido en una desesperanza
particular.
Esta fortaleza, aún
protegida por Decreto y Ley de Patrimonio, presenta un estado ruinoso, con
restos de una imaginable torre del homenaje, algún torreón y parte de un
lienzo, todo ello en tapial –en su mayor parte- y ladrillo, realizado en una
ampliación del siglo XIV. El paso del tiempo, la desidia de responsables y su
expolio para la reutilización de materiales, han dejado como ahora suele decirse,
un “skay line” lastimoso y de corta duración en el futuro. Fortalezas con esta imagen
y destino las hay muy cercanas a mis orígenes.
Vinculado a la militar
Orden de Santiago y denominado del Piquillo, tuvo una primera ocupación
defensiva y otra palaciega posterior, residencia de doña Urraca I, esposa de
Alfonso I de Aragón, así como lugar de encarcelamiento del Adelantado Pedro Manrique,
Álvaro de Luna y el marqués de Villena, Diego López Pacheco.
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