Desde siempre –no preguntes porqué- la amapola ha sido la flor destacada entre las de mi admiración. Desde su primera visión en esta primavera que ya avanza hacia su final y hasta hoy, en casi todas las salidas he tomado sus imágenes, sin posibilidad de ignorarlas, pues estas, con su sencillez entre las espigas -a las que parece entregarse en enamorado baile- reflejan, en una dimensión poética, los versos de un poema romántico y hermoso, sublime y bello en todo caso.
Oliendo, tú fragancia
Amapola, de mí querer
Te pido, tan solo calma
Pues veo llegar, mí vejez
Modesto el Poeta. “Poemas del alma”
1 comentario:
Muy bonitas las fotos de este monográfico, Luis.
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