A la luna de Madrid

Luna de Madrid. Anocheciendo en el Retiro.

 Saliendo de paseo aún había sol entre nubes y llegando a la Puerta de la Independencia del Jardín del Buen Retiro todavía se iluminaba de rojizo atardecer para ir dejando paso a una imperiosa Luna que introducía su luz reflejada entre las desnudas ramas de chopos y álamos centenarios que, alineados hasta la Fuente de los Galápagos, daban un aspecto simétrico a la perspectiva.

Con “el lento caminar” todo iba cambiando de intensidad lumínica hasta casi hacer desaparecer por completo a los vendedores y artistas ambulantes, dejándose ver entonces al paseante y su mascota, al corredor a tiempo parcial y al observador del estanque que ya no distingue a sus navegantes –piragüistas y anátidas en celo- pero si a otras siluetas que buscan intimidad. La luna en el estanque riela.

Dejo las fotos de este paseo que hasta ahora y a estas horas nunca realicé. El alumbrado municipal dio color y sombras enigmáticas. La luna de Madrid me acompañó en todo el recorrido. La Puerta de Alcalá y la Puerta de la Independencia dicen adiós. Una, ufana, otra, modesta.