El esperado periodo vacacional veraniego llegó y con él la posibilidad de cumplir aquellas visitas y paseos que, desde la distancia temporal y física, se preparan para ese momento. Pero la realidad meteorológica puede acabar con ese cumplimiento. Así lo ha sido una vez más en mi caso. Y es que esa realidad meteorológica propicia la reducción y posposición de lo proyectado, incitando al letargo veraniego.
Rebuscando horas y temperaturas admisibles, se han conseguido las imágenes que dejo en esta entrada, dando fe del color que de forma extensa e intensa ofrecen los campos belalcazareños, despojados de sombras y vegetación cuando el calor se hace presente en su época estival. El animal camina en busca sombra y el triscar de algo no tan áspero como el pasto. El bosquete, aún verde a pesar de todo, presagia destrucción según aprecia en su vecindad. Y el castillo de Belalcázar, ese no es su color.
1 comentario:
Calor trasmite Luis. Imagenes preciosas de un buen mes de agosto.
Un abrazo
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