Dispuesto a disfrutar de la tranquilidad del lugar visitado el día anterior, me acerqué nuevamente acompañado ahora por Antonio, nuevo amigo, que me señalaría sobre el terreno, los puntos adecuados para la observación de las aves que ya tienen el lugar como espacio habitual de reposo junto a estas aguas remansadas y arriba de la presa de La Colada, aportación del modesto Guadamatilla.
Fotografiados ya los primeros albores del día, iniciamos el camino –gran parte en vehículo y mínima a pie- hacia los puntos desde los que la gratificante visión de los vuelos faunísticos era más provechosa visual y fotográficamente hablando. Notable la naturaleza que nos rodea pero las tomas fotográficas saben a poco, dada la lejanía de los vuelos y posados y la escasa óptica para estos temas.
Conocido el lugar y sus puntos idóneos, trataré de volver en próximos desplazamientos a la tierra en época de mayor actividad vital de la fauna que afortunadamente ya ocupa el humedal como hábitat propio para su protección, nidificación y desarrollo de la misma.
Gracias a Antonio por tu compañía e información y espero volver a disfrutar de la misma en estos lugares tan especiales, ya debidamente pertrechado fotográficamente y adecuadamente situados con esa intención.
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