"Ahora digo -dijo a esta sazón don Quijote- que el que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho". Miguel de Cervantes.

viernes, 20 de julio de 2012

Cifuentes.

Cifuentes.
Sin objetivo concreto previo si no el de dar un paseo, me he acercado al alcarreño y por lo tanto manchego pueblo de Cifuentes.

La visita ha sido breve, pues gran parte de su monumentalidad se encuentra cerrada, si bien en el fin de semana sea más accesible a su admiración. La iglesia de Santo Domingo presenta una fachada monumental manierista de tres cuerpos con escudos y hornacinas aveneradas. Su torre y espadaña son destacables. Parte de ella la rodea una barbacana desde la que se observa la curiosa plaza mayor triangular de Cifuentes y casonas del siglo XVII como Casas de los Gallos con complejo escudo indiano en su parte superior de fachada.

Una arcada llama la atención. Son los restos de un hospital adjunto a la emita del Remedio, del siglo XV, con portada de arco conopial flamígero y arquivoltas decoradas. Su interior, de una planta y con bóveda de crucería y arco formero que la divide en dos espacios. Significativamente se accede a ella al igual que a la ermita de la Soledad, rodeada de frondosa arboleda, con doble puerta de acceso de arcos de medio punto y hornacina con venera en azul ocupada por la imagen de la titular. Su interior, de una sola nave, contiene una cúpula octogonal sobre pechinas y decoradas con yeserías geométricas, también en tono azul.

Y sin haber localizado el castillo de Juan Manuel y con el sol cenital agobiando ya, la vuelta se precipita.






















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