A primera hora de la mañana –suelo madrugar para estos menesteres- obtuve la primera fotografía de este reportaje. Su conocimiento fotográfico en múltiples medios no impide experimentar emoción con la singular vista que ofrece a pie de carretera. Me refiero al castillo de Coca, la Cauca de Teodosio I el Grande.
La fortaleza, desde finales del siglo XV, emplazada junto al río Voltoya, está construida básicamente en ladrillo y de piedra caliza en las saeteras y otros elementos decorativos. Tiene un profundo foso que rodea una muralla defensiva que a su vez protege a otra, con torres esquinadas en sus lienzos, el patio de armas con sus salas y dependencias.
Su imagen es bella y representativa del mejor mudéjar militar de Castilla. El ladrillo, elemento fundamental en su construcción, consigue juegos de color y formas en sus cresterías y frisos. Los garitones presentan un cromatismo rojizo y azulado en sus geométricos estucados
Su interior –no accesible para mí, previa observación oportuna del personal de entrada- contiene actualmente la Escuela de Capacitación Forestal. En el patio de armas, reconstrucción del original, aún pueden verse algunos capiteles y algún ejemplar de muro decorado.
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