Hace unos días despedía mis paseos “botánicos” del 2011 cuando di con la deshojada y sarmentosa glicinia. Esta trepadora –arbusto leñoso- se soporta con sus ramas enrollándose en otras plantas, en el sentido de las manecillas del reloj .aunque también en el sentido contrario de ellas, consiguiendo longitudes considerables de manera lateral e incluso más en sentido vertical. De ahí, su abrazo simbiótico.
Es decorativa en primavera, con flores arracimadas y espesas, con colores como el azul, el violeta o blancas y de longitud variable, llegando hasta el metro en algunos casos. Estas forman un complejo y sólido “abrazamiento”, configurando un atractivo conjunto con uno de los bellos tilos en una de las glorietas Jardín Botánico madrileño.
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Flor de glicinia: Cementerio alemán de Cuacos. Yuste. Cáceres.
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