Argiope lobata. Mar de Ontígola. Aranjuez. Madrid |
Paseando por la ribera
del arancetano humedal de Mar de Ontígola, estuve muy próximo a su
espacio-trampa. Y no la vi. Un amigo, José Antonio, buen conocedor del terreno
y de especial vista para ello, me la señaló. La imagen de la araña me
sorprendió y me hizo aguzar mi sentido visual, dado el color, situación y
tamaño de tan magnífico ejemplar, para mí, como otros muchos, totalmente
desconocido. Se trataba de la Argiope lobata.
Totalmente a “su
avío”, la araña disfrutaba de un despejado espacio entre ramas y flores de la
llamada olivarda o hierba mosquera, la “Dittrichia viscosa”, en argot
científico, hierba vistosa de fuerte olor a resina y habitual de espacios
húmedos y marginados. Muy atenta a la más mínima presión sobre los finos hilos
que había tejido para la captura de presas despistadas y su consiguiente
desplazamiento hasta ellas, dejóse fotografiar hasta el momento –instantáneo y
certero- de atrapar a la despistada libélula que, eso, despistada, no previo el
fatal desenlace de su atrevimiento. El espectáculo fue soberbio. Espectáculo de
la Naturaleza.
Abstraído totalmente
por el momento fotografiado y vivido, también un servidor fue “capturado”, no
en la fina telaraña de la argiope, si no por las siempre oportunas y excepcionales
tomas del amigo José Antonio, al que agradezco desde estas sencillas líneas, su
detalle para la consecución de esta serie fotográfica. Gracias, José Antonio.
La secuencia
fotográfica. Helas aquí.
2 comentarios:
Muy bueno
Fantástico relato amigo siempre es un placer
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