De forma inesperada he asistido a una “manifestación” muy distinta de las habituales en estos tiempos. Pacífica y silenciosa. Hablo de la XIX Fiesta de la Trashumancia, que desde 1994, reivindica una nueva Ley de Vías Pecuarias, mediante un recorrido por las cañadas del centro madrileño de un gran rebaño de ovejas. Este se inicia en la Casa de Campo y discurre por Mayor, Puerta del Sol, Cibeles, Alcalá y termina en Ventas.
Un pago en maravedíes entre pastores y concejo, estipulado en 1418, permite el paso por las dehesas, prados y cañadas, del rebaño de ovinos, vacuno y caballos que anualmente utilizan sus ya muy modificados caminos. Los pastores, con sus perros pastores, dirigen y organizan su caminar y “defienden de osos, lobos y otros depredadores que aparezcan en su camino”.
La Trashumancia se remonta a tiempos de Alfonso X El Sabio, que en 1273 concedió privilegios al Concejo de la Mesta de los Pastores para el libre movimiento de su ganado, respetando “panes, viñas, huertas, dehesas y prados de guadaña”.
Desde Cibeles, fotografías que ilustran esta entrada.
1 comentario:
Buen reportaje amigo. Ahora entiendo lo de Cibeles. Un abrazo
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