Hoy, entre las sombras centenarias del Botánico madrileño he conseguido las fotografías de la obra de Aitor Urdangarin que expongo en esta entrada.
Son esculturas de gran tamaño –“escultura de gran formato” informa el cartel de la exposición- que, en acero inoxidable, con terminación pulida y mate, nos ofrecen formas curvas que delimitan espacio y tiempo y posibles movimientos calmados, junto a sombras determinadas por la luz del momento. La geometría de su trazado llama la atención, generando la incertidumbre de su idea.
He echado en falta el título de cada una de las esculturas. Puede que se haya dejado a la imaginación del visitante.
Son esculturas de gran tamaño –“escultura de gran formato” informa el cartel de la exposición- que, en acero inoxidable, con terminación pulida y mate, nos ofrecen formas curvas que delimitan espacio y tiempo y posibles movimientos calmados, junto a sombras determinadas por la luz del momento. La geometría de su trazado llama la atención, generando la incertidumbre de su idea.
He echado en falta el título de cada una de las esculturas. Puede que se haya dejado a la imaginación del visitante.
Visita el 23 de junio de 2011. Real Jardín Botánico. Madrid.
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