El suave y bello pétalo blanco
es el anuncio de la primavera.
Anula el invierno e invita,
firme y cómplice,
a contemplar la luz clara
que la florida estación ofrece.
Así es la flor del almendro.
Hoy he vuelto a la “Quinta de los Molinos”. No por “la venganza” que prometí en la entrada de febrero de 2009. He vuelto por la necesidad de mi deleite personal por la visión de tan magnífico espacio de almendro en flor. Luz y tranquilidad en un día soleado que invitaba al paseo lento entre ellos y, esta vez, no hubo decepción. A las imágenes me remito.
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